Xavier Medina Coello*, Salvador Alvarado Aguilar**
*Servicio de Psicología del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).
**Servicio de Psicooncología del Instituto Nacional de Cancerología, México D.F.
RESUMEN:
La Psicooncología es una especialidad que se origina de la fusión de la oncología y la
psicología en respuesta al distrés emocional que presentan los pacientes que cursan por
esta enfermedad, así como la familia y el equipo médico, esta subespecialidad tiene
como objetivos:
1. Valorar y tratar los aspectos psiquiátricos, sociales, psicológicos, culturales,
económicos, espirituales, sexuales que presentan los pacientes que atraviesan por las
diferentes fases de su enfermedad: diagnóstico, tratamientos oncológicos, fase de
remisión, fase de recaída, fase terminal, agonía, muerte.
2. Centrarse en aspectos psicológicos, conductuales y sociales que están relacionados
directamente con la morbilidad y mortalidad de la enfermedad.
3. Promover la investigación con el fin de obtener los niveles de competencia
profesional requeridos desde un punto de vista asistencial.
El presente trabajo busca dar a conocer la Psicooncología por ser un campo muy
amplio, poco entendido e investigado en nuestro medio, además concientizar sobre
la necesidad de especialistas para brindar un tratamiento interdisciplinario, teniendo
en cuenta que la mejor atención no es solo curar o tratar la parte física, sino el
cuidado emocional y psicológico del paciente aspecto que en varias ocasiones es
olvidado y que en una enfermedad como el cáncer es de vital importancia.
Palabras Clave: Psicooncología, Respuesta al Malestar Emocional
Correspondencia:
* Dr. Xavier Medina C. Servicio de Psicología. Instituto Ecuatoriano de Seguridad
Social (IESS).
e-mail: xaviermedinac@hotmail.com
ABSTRACT
The Psychooncology is a specialty that originates from the merger of clinical oncology
and psychology in response to emotional distress experienced by patients enrolled in
this disease, as well as family and medical equipment, this subspecialty is to:
1. Assess and treat the psychiatric, social, psychological, cultural, economic, spiritual,
sexual, experienced by patients going through the different stages of their disease:
diagnosis, cancer treatment, remission phase, stage of relapse, terminal phase, agony,
death.
2. Focus on psychological, behavioral and social that are directly related morbidity and
mortality of the disease.
3. To promote research in order to obtain the required standards of professional
competence from a welfare point of view.
This paper aims to raise awareness about Psychooncology to be a broad field, poorly
understood and researched in our environment, raise awareness about the need for
specialists to provide an interdisciplinary treatment given that the best care is not just
cure or address the physical, but emotional care, the patient’s psychological aspect that
is forgotten on several occasions and in a disease like cancer is vital.
Keywords: Psychooncology, Response to Emotional Distress
INTRODUCCIÓN:
El cáncer no es una enfermedad única, sino deriva en múltiples enfermedades que
surgen cuando las células anormales de dividen sin control e invaden tejidos
circundantes, incluso puede expandirse a todo el cuerpo.[1] La OMS considera que el
cáncer es una de las principales causas de mortalidad en todo el mundo, se calcula que,
de no mediar intervención alguna, 84 millones de personas morirán de cáncer entre
2005 y 2015.[2] Según SOLCA (Sociedad de Lucha contra el Cáncer) en el año del
2009, 14 de cada 100 ecuatorianos murieron de cáncer.[3]
El cáncer es una de las enfermedades más temibles para un gran porcentaje de la
población. Socialmente se ha asociado al cáncer con tratamientos dolorosos y muerte
inminente. Para los pacientes que tienen cáncer, la enfermedad no sólo les representa
dificultades físicas sino también emocionales y sociales.[4] Debido a ello se origina la
necesidad de un área que se haga cargo de los problemas psicológicos y emocionales de
los pacientes con cáncer y sus familias.
Así nace la Psicooncología como una disciplina que estudia las dimensiones
psicológicas, sociales y comportamentales del cáncer desde dos perspectivas, por un
lado, desde el análisis de las respuestas psicológicas tanto de los pacientes como de los
familiares en todos los estadios de la enfermedad y, por otro lado, sobre cómo influyen
los aspectos psicológicos y sociales en la morbilidad y mortalidad de la enfermedad.[5]
El diagnóstico de cáncer actúa como un impacto que puede desestructurar al paciente si
éste no consigue elaborar una respuesta de afrontamiento adecuada a la situación que le
permita continuar con el proceso y curso de la enfermedad. [6] La aparición del distrés
emocional se debe a varios factores como: la sospecha del diagnóstico de cáncer, el
duelo por la pérdida de la salud actual, miedo a la muerte, preocupación por los seres
queridos, efectos de los tratamientos, sobrevivencia o temor a la recidiva.[7]
El distrés, actualmente reconocido como una entidad preclínica presente en una cantidad
significativa de pacientes, condiciona el riesgo para diversos trastornos psiquiátricos
formales que complican sobremanera la condición clínica y psicosocial del paciente con
cáncer, de su familia y terminan incidiendo también en el equipo médico.[8]
PSICOONCOLOGÍA
La Dra. Holland es la fundadora de la Psicooncología. Ya en los años setenta definió los
aspectos psicológicos y psiquiátricos, sociales y comportamentales del cáncer. De ahí
que su figura sea crucial en el desarrollo de la Psicooncología como una subespecialidad
clínica que cada vez tiene mayor resonancia en el mundo entero.[9] Los estudios se
iniciaron investigando en base a dos interrogantes: “Cuáles eran las ideas y sentimientos
de aquellos pacientes que habían sido diagnosticados recientemente de cáncer” y
“Cuáles serían las actitudes negativas ligadas a la enfermedad mental y los problemas
psicológicos que se presentan en el contexto de una enfermedad médica” (Holland,
2003)[10]
La Psicooncología nace de la fusión de la oncología y la psicología aunque es
considerada más que una subespecialidad de la oncología, siendo un campo multi.,
inter., transdisciplinar en el que interactúan psicólogos, oncólogos, junto con otros
profesionales.[11] Ver figura 1.
El término Psicooncología es reconocido en los Estados Unidos, en países
latinoamericanos, entre otros, pero en Europa es preferido el término de Oncología
Psicosocial.[12]
Para Alvarado la Psicooncología plantea un modelo psicoeducacional de prevención,
intervención psicoterapéutica, rehabilitación y reintegración a la vida cotidiana, brinda
los cuidados paliativos desde los parámetros psicológicos que conlleva al paciente a una
mejor calidad de vida y le ayuda a afrontar desde el inicio, la enfermedad y sus
tratamientos oncológicos. Es una disciplina dedicada al estudio del paciente que
desarrolla cáncer, cuyo objetivo central es precisamente el cuidado psicosocial del
paciente oncológico.[13]
Su finalidad se basa en que el paciente sea quien lleve un rol activo en su enfermedad y
en el proceso terapéutico, a partir de la capacitación educativa relacionada con ese mal,
tanto en la prevención como en la intervención terapéutica o cuidados paliativos, para
que se tomen en cuenta los factores psicológicos cognitivos, emocionales y
motivacionales de la persona enferma y su familia.[14]
Holland[10] describe las dos grandes dimensiones psicooncológicas:
1) Atender a la respuesta emocional de pacientes, familiares y de todas las
personas encargadas del cuidado del paciente a lo largo del proceso de
enfermedad.
2) Detectar e intervenir en aquellos factores psicológicos, de comportamiento y
aspectos sociales que puedan influir en la mortalidad, supervivencia y
morbilidad calidad de vida de los pacientes con cáncer.
Los campos de acción de la Psicooncología se resumen en 9 puntos importantes, según
Palacios.[15]
• Impacto Diagnóstico: Se refiere a las reacciones comportamentales que genera
en el paciente el haber sido informado de que tiene cáncer. La respuesta inicial al
recibir las noticias acerca del cáncer suele consistir, tras un primer momento de
choque o bloqueo, en intensas respuestas emocionales inmediatas que incluyen
tristeza, enojo, ansiedad, sentimientos de indefensión y depresión. Son
frecuentes las alteraciones del sueño y del apetito, así como las dificultades de
concentración y atención. La mayoría de los pacientes experimentan una ruptura
temporal en su capacidad para funcionar en la vida cotidiana.[16]
• Impacto Pronóstico: El temor más grande que enfrenta el paciente luego de
enterarse de su diagnóstico es: qué pasará con su vida, cuánto tiempo tiene de
vida o cómo se desarrollará la enfermedad.
· Continuidad en el Tratamiento: Los tratamientos para el cáncer
desafortunadamente son dolorosos, molestos y llenos de efectos secundarios, por
ello el apoyo psicológico y el alivio de los malestares emocionales ayudan al
paciente a adherirse al tratamiento.
· Cuidados Paliativos: Para la Organización Mundial de la Salud los cuidados
paliativos son definidos como: “un abordaje destinado a mejorar la calidad de
vida de los pacientes y sus familiares, que afrontan los problemas asociados a
una enfermedad amenazadora para la vida, a través de la prevención y paliación
del sufrimiento, por medio de la identificación precoz, la evaluación y
tratamiento cuidadosos de todas las problemáticas que afectan al enfermo, sean
éstas de tipo somático, emocional, ético, social o de otro tipo.”[17] Esta
dimensión de cuidados, enfatiza las necesidades especiales hacia el control de
síntomas tanto físicos como emocionales.
· Manejo del Dolor en el Cáncer: El dolor es sin duda, el síntoma más temido
por los pacientes con cáncer, el dolor no es exclusivo de la fase terminal y
produce un significativo deterioro del enfermo, llevándolo a respuestas
psicológicas como ira, irritabilidad, agresividad, entre otras.
· Acompañamiento al Paciente Terminal: El trabajo del psicooncólogo es
crucial en esta etapa, ya que profesionalmente se encuentra capacitado para
abordar las diferentes consecuencias psicológicas que enfrenta el paciente con
la finalidad de canalizar los sentimientos del paciente y sus familiares así como
guiar al paciente a tomar decisiones sobre sus asuntos personales pendientes.
· Terapia Grupal: La terapia de grupo ayuda a reducir la angustia, a aumentar la
capacidad de afrontamiento, calidad de vida y mejora las habilidades de solución
de problemas, por la empatía generada al enfrentar la misma enfermedad con
otras personas.
• Capacitación: Busca dotar de conocimientos psicológicos al equipo médico con
la finalidad de mejorar la comunicación en la relación médico-paciente,
enfermeras-paciente y a su vez incrementar la confianza del enfermo oncológico
en su equipo médico.
• Investigación: La mejor forma de generar conocimientos es a través de
investigaciones que nos brinde soluciones a las problemáticas que se presentan
en cada localidad y determinen las estrategias de intervención.
IMPACTO EN EL PACIENTE Y FAMILIA:
Aunque el Impacto Emocional (IE) del paciente oncológico y la familia sea una
respuesta psicológica normal a la enfermedad, esto no quiere decir que no se requiera
una atención emocional continuada. El estado emocional del paciente y la familia suele
ser de máxima vulnerabilidad, por lo que la delicadeza y la empatía tienen que ser reglas
de oro en la actuación del terapeuta.[18]
Además, Matías y Lorca [19] hacen mención del impacto psicológico y social en las
personas que lo padecen, en su entorno familiar, social y en los profesionales que les
atienden.
Las manifestaciones psicológicas están en función de la etapa de la enfermedad en la
que se encuentre el paciente, su sintomatología y de los tratamientos recibidos, fases
veremos a continuación. [20]
• Fase de diagnóstico: La respuesta inicial al recibir las noticias acerca de la
malignidad suele consistir, tras un primer momento de choque o bloqueo, en
intensas respuestas emocionales inmediatas que incluyen tristeza, enojo,
ansiedad, sentimientos de indefensión y depresión. Son frecuentes las
alteraciones del sueño y del apetito, así como las dificultades de concentración y
atención. La mayoría de los pacientes experimentan una ruptura temporal en su
capacidad para funcionar en la vida cotidiana.[16]
Es frecuente que el paciente reaccione negando la información qué sus médicos le
proporcionan respecto al diagnóstico y busca otras opiniones con el objetivo de
confirmar que la información sea una equivocación del médico primario.
El hecho de informar el diagnóstico y del pronóstico del cáncer ha generado discusiones
entre los oncólogos. El paciente tiene derecho a saber la verdad pero también derecho
a no saberla si no lo desea, considerándose que el paciente mejor informado es aquel
que sabe lo que quiere saber.[21]
El objetivo fundamental de dar a conocer al paciente su estado, se basa en que la
información sobre el cáncer contribuya al proceso terapéutico y a la mejora de la
calidad de vida de los pacientes.[22]
• En la fase de tratamiento oncológico: Los tratamientos para el cáncer, como la
cirugía, quimioterapia, radioterapia e inmunoterapia resultan ser agresivos y no
es posible impedir el daño al paciente, mientras el médico piensa en términos de
curación, el paciente piensa en términos de la deformación por su enfermedad,
sus tratamientos o ambos.
Durante esta etapa los pacientes pueden experimentar ansiedad, miedo, tristeza,
depresión, pérdida de control, desamparo, desesperación, enojo y culpa. Una vez
terminado el tratamiento los pacientes se encuentran vulnerables y con dificultades para
adaptarse a las limitaciones en la casa y su trabajo.[23]
• Fase de remisión: Es una etapa donde se demuestra a través de estudios y
valoraciones que la enfermedad ya no está presente gracias a los tratamientos
oncológicos que han resultado favorables.
Los pacientes y familiares tienen reacciones emocionales encontradas. Por una parte,
sienten tranquilidad y alegría con respecto al equipo terapéutico, y por otra, tiene
inquietud ante la incertidumbre y desamparo por no estar en vigilancia estrecha de los
médicos tratantes; entonces surge la necesidad de un proceso de contención emocional.
• Fase de recaída: Se considera la etapa de mayor impacto y difícil trato debido a
que desencadena reacciones más importantes en comparación a la fase
diagnóstica. El paciente y la familia experimentan: enojo, ira, agresividad e
incluso mayor posibilidad de demandas legales ante la inconformidad o la duda
que los tratamientos previos no fueron los adecuados.
• Fase Terminal: El paciente presenta dos o más disfunciones irreversibles y está
fuera de tratamientos oncológicos, por lo tanto, se le ofrecen los cuidados
paliativos con el objetivo de disminuir al máximo todos los signos y síntomas.
Tanto el paciente como la familia presentan desesperanza, tristeza, duelos
anticipados y depresión ante el deterioro físico. Se ha demostrado que los
pacientes que se reconocen en etapa terminal, junto con su familia, buscan
tratamientos alternativos. Es frecuente que el paciente ponga en orden sus cosas,
pensamientos y pendientes con la finalidad de evitar problemas posteriores.
• Fase de agonía: Es en esta fase cuando la muerte es inminente. Se requiere de
gran apoyo de la familia debido a la enfermedad y al gran deterioro del enfermo,
ya que resulta angustiante, desesperante y doloroso ver a su ser querido próximo
a morir; sin embargo, cuando desde el inicio del proceso de enfermedad existe
una comunicación clara, abierta, con la idea de compartir el sufrimiento, vivir
juntos y apoyarse mutuamente, esta fase y el momento de morir resultan también
un nuevo inicio, una nueva vida.
• Muerte: Definir la muerte resulta difícil; por lo tanto, es necesario retomar los
criterios de grandes estudios que explican que la muerte se presenta en un ser
humano cuando existe[24]:
1) Ausencia de respuesta cerebral (coma profundo)
2) Apnea (falta de respiración)
3) Carencia de actividad cerebral demostrada por electroencefalograma
4) Pupilas dilatadas y
5) Inexistencia de reflejos cefálicos (pupilares y auditivos).
Es importante referir la connotación sociocultural y filosófica en relación al paciente
que muere y la familia. “Ser o no ser, ser y no estar, estar y no estar” (Dr. Santiago
Genovés.)[25] El punto central corresponde al no estar, porque en nuestra mente, esos
seres queridos, ya muertos, siguen presentes. De acuerdo a lo anterior, podemos ver la
importancia de que la familia del paciente reciba atención psicológica para el manejo
del proceso del duelo.
REACCIONES Y TRASTORNOS PSICOLÓGICOS Y PSIQUIÁTRICOS MÁS
FRECUENTES
En la literatura se han reportado diversos correlatos psicológicos; entre los más
estudiados encontramos los trastornos adaptativos, ansiedad, depresión, delirium.
• Trastorno adaptativo:
De acuerdo a la clasificación Internacional de Enfermedades [26] CIE 10 el trastorno
adaptativo es otro de las afecciones que frecuentemente se manifiestan en los pacientes
con cáncer, puesto que se siente sobrepasados por los acontecimientos y son incapaces
de adaptarse a las circunstancias. Este se caracteriza por la aparición de síntomas
emocionales (ansiedad o depresión) o del comportamiento (cambios en la conducta), en
respuesta a un factor estresante externo identificable (pérdida de empleo, enfermedad
física, divorcio, migración, problemas económicos, laborales, sociales, familiares, etc.).
Es bien sabido que las reacciones agudas al stress se resolverán sin medicación: sin
embargo, es fundamental no descartar la necesidad de tratamiento psicofarmacológico.
· Ansiedad:
La ansiedad aparece cuando la capacidad de tolerar los estresantes de la vida supera
nuestros recursos, provocando una respuesta desproporcionada a la que sería de esperar
en condiciones normales. La ansiedad presenta síntomas físicos (se acelera el corazón,
aumenta el pulso, sudan las manos, siente opresión en el pecho, etc.) y psicológicos.
[27] En el caso de pacientes con cáncer, casi el 50% de ellos tienen ansiedad. [28]
La ansiedad es un síntoma que se presenta en los pacientes al realizarse pruebas de
detección, al esperar el diagnóstico, por reaparición del tumor, al presentar dolor,
limitaciones funcionales, carencia de apoyo social, y el avance de la enfermedad,
algunas afecciones e intervenciones médicas, incluyendo la diseminación del cáncer, o
al recibir tratamientos con antiinflamatorios y otros medicamentos, la ansiedad puede
aumentar el dolor y vomito. En pacientes con enfermedad avanzada es frecuente que
sufra ansiedad por el dolor incontrolable, el aislamiento, el desamparo o la dependencia,
si la causa no es el temor a la muerte. [29, 1]
· Depresión:
El Manual Diagnóstico y Estadístico (DSM-IV-TR), considera a la depresión como la
presencia de estado de ánimo deprimido o la pérdida de interés o placer en todas las
actividades por un periodo de al menos dos semanas, para realizar el diagnóstico de este
trastorno, la persona debe presentar 4 síntomas cognitivos y somáticos adicionales [30]
Además de los síntomas mencionados, las personas deben presentar otros como son: la
pérdida de peso, apetito, alteraciones en el sueño, agitación o retardo psicomotor
observable, fatiga, culpa inapropiada, pobre concentración y pensamientos recurrentes
de muerte o de suicidio. [31]
Los pacientes con cáncer son más vulnerables a la depresión, porque su organismo
experimenta alteraciones metabólicas y endocrinas provocadas por su enfermedad,
además, el tratamiento tiende a ser debilitante, lo que modifica las respuestas
inmunitarias y al dolor. [32]
Si el equipo médico detecta una posible depresión en el paciente con cáncer se
precisa la derivación a un especialista de salud mental para su valoración
diagnóstica y posible tratamiento psicológico. [33]
· Delirium:
El Delirium se define como una alteración transitoria del estado mental,
caracterizada por la presencia de diferentes manifestaciones clínicas,
principalmente alteración del nivel de conciencia y atención, junto con otras
alteraciones de esfera cognitiva. [34]
Entre los tipos de cánceres que pueden provocar delirium están: el más frecuente
es el cáncer pulmonar de células pequeñas y los menos frecuentes las neoplasias
del timo, mama, testículo, ovario, colón, así como la enfermedad de Hodgkin.
En la mayoría de los casos, las estructuras límbicas muestran perdida neuronal,
con infiltrados linfocitarios; distribución típicamente perivascular. Estos cambios
suelen ser más frecuentes en el lóbulo témporo medial, afectando sobre todo el
hipocampo y a la amígdala, como consecuencia de una agresión autoinmunitaria
a estos tejidos. [35]
En varias ocasiones, los psicofármacos son causa de delirium, en particular los
pacientes de cáncer avanzado, la identificación de las causas del delirium,
constituye el principio esencial para su tratamiento y para aumentar la eficacia
terapéutica, es necesario involucrar a la familia del paciente durante el proceso
de abordaje; desde la información acerca del significado del delirium y sus
implicaciones pronosticas, hasta el apoyo de los sentimientos de desesperanza
que puedan presentarse. [36]
TRATAMIENTOS ONCOLÓGICOS Y CONSECUENCIAS PSICOLÓGICAS
Los tratamientos utilizados para el cáncer suelen ser muy agresivos y en oncología no es
posible impedir el daño al paciente. [13]
• Cirugía: Es uno de los tratamientos más antiguos y tiene connotación agresiva,
dado que son procedimientos radicales, mutilantes y con un grado importante de
deformación en muchos de los casos. Los tipos de cirugía oncológica son:
diagnóstica, preventiva, de ayuda, curativa, reductora, paliativa y
reconstructora. El paciente puede presentar reacciones de desajuste emocional
al saber que sufrirá una pérdida de su estructura e imagen corporal; son
necesarios procesos psicoterapéuticos que le permitan asimilar y afrontar las
alteraciones producto de las mutilaciones, miedo a la deformación de su cuerpo,
a no resistir la anestesia, a morir durante de la cirugía y al estigma social.[23]
• Quimioterapia: Este procedimiento despierta en los pacientes grandes temores
a las reacciones adversas de los agentes quimioterapéuticos (náusea, vómito,
caída de pelo, fatiga, anorexia, neuropatía periférica, diarrea, pérdida de peso,
alteraciones de la imagen corporal) lo que provoca problemas con su autoestima.
El paciente presenta con frecuencia ansiedad, miedo, irritabilidad, somnolencia,
depresión, cambios de conducta, confusión mental, psicosis, alucinaciones y
delirios que pueden ser producto de la enfermedad, por la neurotoxicidad del
tratamiento. Hay síntomas que pueden mantenerse por largo tiempo incluso
después del tratamiento, en estos casos es importante un soporte emocional. [37]
• Radioterapia: Al iniciar el tratamiento radioterápicos, el paciente tiene gran
incertidumbre ya que previamente ha pasado por procedimientos diagnósticos
invasivos, en ocasiones se remite al enfermo a radioterapia porque su tumor no
es operable lo que produce incertidumbre sobre su pronóstico. Aunque la
respuesta depende de la localización de la enfermedad, genera temor, ansiedad,
angustia, tristeza y depresión. [23]
INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN:
Una evaluación psicológica detallada del paciente oncológico estimara la gravedad de
su condición psicológica o psiquiátrica [38] se sugiere que la evaluación psicológica
del paciente incluya: entrevista clínica, un diagnóstico clínico según criterios del DSMIV-
TR[30] en casos necesarios la aplicación de test estandarizados y validados para
cada población de estudio aunado a un plan de tratamientos y las pautas del seguimiento
psicológico.
La evaluación psicológica inicial deberá incluir los siguientes pasos: La historia clínica
que consiste en una entrevista psicólogo -paciente que pueda obtener información
sobre: historia psiquiátrica, psicosocial y médica y examen del estado mental del
paciente así como el contacto con el equipo médico.
Los test psicológicos utilizados en el área Oncológica son un complemento de la
historia clínica y brindan datos importantes sobre depresión, ansiedad, calidad de vida y
malestar emocional. Entre los test utilizados se encuentran la escala de ansiedad y
depresión de HADS, el inventario de depresión de Beck, para la valoración de la calidad
de vida existen los cuestionarios (EORTC), el termómetro emocional que mide el
malestar emocional entre otros.
Otro instrumento importante en la evaluación es el Modelo de Interconsulta (MIC) y el
modelo Funcional (MFU). El MIC, el oncólogo dispone de un instrumento evaluativo
proporcionado por la unidad de Psicooncología que cuantifica la sintomatología
psicológica y define la necesidad de interconsulta (IC). Los candidatos a IC psicooncológica
son aquellos que presentan al menos un trastorno adaptativo acompañado de
una sintomatología ansiosa y/o depresiva moderada y los pacientes con algún tipo de
trastorno mental según los criterios del DSM-IV.
El segundo modelo de atención el MFU, basado en la incorporación del psicooncólogo
dentro de las unidades de oncología. Este modelo persigue un trabajo de atención
integral al paciente, consiste en la participación del psicooncólogo en los equipos de
oncología médica, de forma que haya una convivencia diaria y espontánea con los
pacientes, familiares y equipo terapéutico. El psicooncólogo participa e interviene desde
el primer contacto en todas las fases y actividades del servicio o unidad y de esta
manera el paciente cuenta con el apoyo psicológico desde que llega a la institución
médica, cuando escucha su diagnóstico, al recibir los tratamientos, durante los ingresos
y finalizando en el momento del alta médica, revisiones, posibles recidivas o en la fase
terminal.
TECNICAS DE TRATAMIENTO PSICOONCOLOGICO
Entre las técnicas que se aplican en la Psicooncología están [23]:
1. Abordaje de los síntomas: La evidencia científica nos muestra lo importante
que es contemplar los síntomas del enfermo desde una perspectiva integral,
siendo necesario empezar un proceso de normalización con respecto al abordaje
emocional, no sólo para problemas psicológicos sino como coadyuvante de
medidas médicas en el tratamiento de ciertos síntomas físicos.
2. Los cuidados para el malestar emocional utilizando el soporte emocional.
3. El couselling: Es una modalidad terapéutica que a diferencia de la psicoterapia
proviene no de la clínica, sino del ámbito social, su enfoque está relacionado
más con los problemas normales que los psicopatológicos, se relaciona más con
el presente que con el pasado. [13]
4. Las psicoterapias: Las técnicas psicoterapéuticas se utilizan cuando se detecta
una alteración emocional que imposibilita que el enfermo utilice sus propios
recursos.
5. Terapia Cognitiva: Es efectiva en la reducción del malestar emocional que
experimentan pacientes y familia ante la evolución de la enfermedad. Ayuda al
dominio de sus síntomas físicos, permite la participación en su mejoría y calidad
de vida, enfatiza el sentido del control personal y la auto eficiencia, mejora la
adherencia a los tratamientos médicos, aumenta la efectividad en los
tratamientos y reduce los efectos colaterales, acorta el tiempo de recuperación
luego de las intervenciones médicas incluso disminuye las consultas innecesarias
al equipo médico. [39]
BENEFICIOS DE LA PSICOONCOLOGÍA
Entre los beneficios de la terapia Psicooncológica están:
• Mejor comprensión y adhesión a los tratamientos médicos
• Mejores resultados durante los tratamientos
• Niveles más bajos de malestar emocional (Distrés) y agotamiento profesional en
los equipos oncológicos.
• Aumenta la satisfacción con la atención recibida y mejora la calidad de vida.
• Mejora la comunicación médico-paciente y su relación
• Mejora la confianza en el equipo médico.
• Reduce el número de llamadas y visitas médicas por la ansiedad del paciente.
CONCLUSIONES
En conclusión la psicooncología es una especialidad que favorece y brinda atención
psicológica y emocional. Promueve la escucha activa, el entendimiento, conocimiento,
la orientación, facilita la información y finalmente provee de atenciones y el
acompañamiento al paciente en las alteraciones que surgen a partir del diagnóstico del
cáncer durante el proceso del tratamiento oncológico hasta la muerte, momento en el
que se debe seguir un proceso de atención a los familiares. Teniendo en cuenta que la
labor del psicooncólogo, mucho depende de la sensibilidad, apertura y credibilidad del
oncólogo para un trabajo en equipo, en beneficio de nuestros pacientes con cáncer, y se
ha demostrado que en la medida que el paciente reciba una atención integral:
incluyendo los aspectos psicológico-emocionales permite una mejor adhesión a los
tratamientos oncológicos, mejor calidad de vida en cada uno de los estadios clínicos de
la enfermedad y tratamiento médico.
RECOMENDACIONES
• Se debe contar con el soporte psicológico en todos los centros de atención oncológica.
• De no contar con el servicio de Psicooncología, el médico tratante debe sugerir
y/o canalizar al paciente y su familia a instituciones gubernamentales para
recibir soporte emocional.
Procurar la retroalimentación entre los integrantes del equipo terapéutico.
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Terapia Cognitiva/Psicologia General
(7/09/2011, 22:00)
(Vía Uroclinic)